viernes, 25 de marzo de 2011

Cuentacuentos, para aprender y soñar...

Erase una vez hace mucho, pero mucho tiempo, antes de que ningún Dios o Diosa inventara el Universo, todas las emociones gastaban su tiempo en no hacer nada... porque había infinito por delante, infinito por detrás, infinito a la derecha e infinito a la izquierda y apenas algún objeto que algún Dios despistado había dejado por ahi....


La Cooperativa Banana ofrece una sesión de cuentacuentos para que los niños y niñas puedan soñar, aprender, reflexionar, sonreir, debatir en clase y más.

Cuentacuentos (Puebla - México)


Para los niños más chiquitos (de 2 a 5 años), proponemos, por ejemplo, el cuentos del Gato Colorado, para aprender la diferencias entre los colores, el cuento de la Carrera de Caballos, para trabajar la motricidad, el cuento del Regalo de Cumpleaños para trabajar las emociones y la inteligencia emotiva, entre otros.

Cuentacuentos (Puebla - México)

Cuentacuentos (Puebla - México)

Para los niños y jovenes de (6 a 12 años) trabajamos con cuentos más complejos y entretenidos, como por ejemplo La Historia del Amor y la Locura o del Principe Rarito, a través de los cuales podemos hablar de las emociones, valores y fomentar el desarrollo de la inteligencia emotiva.

Cuentacuentos (Puebla - México)

El trabajo a través de los cuentos es una técnica pedagogica flexible y efectiva, porque incluye las emociones como la alegría, la risa o el miedo para despertar el interés de los alumnos y alumnas; los cuentros se adaptan a las necesidades formativas, estimulan la fantasía, la creatividad y la reflexión crítica sobre la realidad.

Aqui se pueden ver más fotos de nuestro trabajo como Cuentacuentos.

viernes, 18 de marzo de 2011

Historias de carretera

José nos regala un pescado de 5 kilos que le acababan de dar a él, porque hace una media hora se le reventó una rueda y su carro dio tres vueltas de campana antes de salirse de la carretera y caer entre los árboles a tres metros de nosotros, y le ayudamos a salir, biblia en mano, del amasijo de hierros que quedo del auto. Media hora, el tiempo justo para comprobar que la sangre es de heridas superficiales, sacar la mochila de la cabina y desaparecer antes de que llegue la policía porque no tiene los papeles en regla.



El pescado de 5 kilos se convierte en un quebradero de cabeza a la hora de la cena, porque queriéndolo asar a las brasas de una candela, pesa demasiado, no encontramos la forma de atarlo y el fuego ni lo roza, así que termina a trozos en la sartén en la cocinilla de gas.

El humo de la candela espanta los mosquitos y nos envalentona para dormir fuera, pero el fuego se apaga a medianoche y los mosquitos se cobran su venganza.

Llenos de picaduras y tres días mal lavados en agua de pipas o de pozo, poca y marrón, en comunidades de pescadores o campesinos, cambiamos un partido de boley en Blasillo, un poblado del borde de la carretera, por una ducha y electricidad para ensayar por la mañana.




Los ensayos se convierten en pequeños esquetchs que mostramos a la gente que nos acoge, las mamas que llevan a sus niños a la escuela y se quedan mirando, las que limpiaban la puerta de su casa cerca y se acercan, los que no tienen nada que hacer, ni mejor ni peor… y así vemos que funciona y que no.


Limpios y bajo el techo de un pabellón deportivo , después del ensayo preparamos una sopa de verduras cuando se acerca un lugareño que nos habla como gringo que aprendió español con un mal maestro, empeñado en que no entendemos el español y deseoso de mostrar sus aptitudes.

La sopa de verduras se cocina en la cocinilla de gas y el gas se acaba. En la carretera hay uno de esos lugares para rellenar las bombonas y ahí está otro tipo que carga su carro, nos cuenta que antes era Chatarrero, cogía hierro, aluminios y cosas así, las separaba y las fundía, entonces a nivel social era el que buscaba en la basura, estaba en el estrato más bajo. Ahora le llaman Reciclador, hace exactamente lo mismo que antes, pero ha subido en la escala social, porque ahora mantiene limpio el planeta.
(maría)

lunes, 14 de marzo de 2011

30 días en Puero Morelos

30 dìas en Puerto Morelos
El viaje de la Cooperativa Banana ha cumplido sus primeros 30 días (y ya son más). Pero el tiempo es relativo y durante este mes han pasado tantas cosas que aun sentimos mareo.

****

La separación de El Salvador no ha sido nada rápida. Para María ha implicado horas y horas de depuración de cuatro años de violencia; yo (Nico) he ido mocosa por la vida (gripe=tristeza), soñando y recordando a cada rato las personas despedidas; Massi inclusive ha tenido que regresar a San Salvador para terminar un curso de Teatro del Oprimido con un grupo de jóvenes de todo Centro América

**

Despacio, el entorno extremadamente bello de Yucatán y los colores de las personas que se nos acercaban han abierto la brecha a nuestro presente.
El Caribe como primera etapa del viaje nos ha regalado descanso, playa blancas y cielos interminables, atardeceres de mil formas en las nubes, noches sin luna en el muelle y pescado los tres tiempos. Guadalupe, Ana, Alfredo, el Negro, Paloma, Gregory y las otras personas encontradas nos han regalado tardes de heavy yoga (o yoga extremo), circo, canciones argentinas, guitarra y muchas emociones más.

***

Pero, sobre todo, ha sido un tiempo para aprender. Aprender a habitar casas ajenas que se abren para acogernos (Ana, nuestra amiga argentina, nos dio posada casi un mes), cuyo espacio hay que aprender a agradecer y respetar.
Aprender que las consecuencias de lo que hacemos ya no son un hecho personal, sino que suenan en todo el grupo.
Aprender a convivir con tantas y diversas emociones que cada uno y cada una de nosotras experimentamos durante el viaje. Aprender la armonía.

***

Problemas. Uno tras otro hemos encontrado pequeños problemas. La Banana ha sido caprichosa otra vez, una dura prueba para los nervios de Massi. Palabras dichas con ligereza y otras no dichas han creado continuas tensiones. El dinero, en esta burbuja turística, parecía tener una voz más fuerte y arrogante. Todo esto nos ha hecho tambalear pero la gana de aprender y poner fundamentos solidas para el viaje ha sido más fuerte de cualquier posible malentendido.
Así es como invertimos estos 30 días en construir y fortalecer el grupo con interminables charlas y lágrimas de catarsis, hemos preparado los materiales de trabajo (la presentación del grupo, el blog, las fotos) y hemos compartido el tiempo con las personas que con las que nos hemos cruzado.
El tiempo en Puerto Morelos se ha extendido más de lo que hubiéramos imaginado; se ha contraído y estirado con las personas que hemos re-encontrado. Antes Miriam, Sara y Maia; después Marta y Pablo; finalmente Matto. Cada persona ha cumplido con uno de nuestros sueños y ha contribuido al rencuentro con memorias que ya ni siquiera recordábamos.

***

No imaginamos encontrar tantos problemas. Sin embargo gracias al destino los hemos podido enfrentar ya, porque hemos podido sentar las bases necesarias para el viaje. Empieza el camino hacia el norte, hacia el DF. Hoy tengo las ideas más claras que ayer.

Nico

viernes, 4 de marzo de 2011

La propuesta de la Cooperativa Banana

La Cooperativa Banana es un viaje teatral, educativo y de comunicación. Colaboramos y apoyamos organizaciones, grupos y movimientos sociales con artes escénicas y formación.

Aqui va nuestra carpeta informativa


Una presentación de fotos de nuestro trabajo.